Introducción
La República Argentina ha retomado la senda de crecimiento
económico, lo que implica el aumento de requerimientos
energéticos para satisfacer las necesidades de la
industria y del comercio, y la demanda per capita de los
ciudadanos en pos de una mejor calidad de vida.
El ingreso por habitante, después de muchos años de
altibajos, ha superado todos los valores históricos, como
bien se puede apreciar en el gráfico de página 13, donde se
toma como base 100 el año 1980.
Por otra parte, en el mundo existe lo que se define como
una electrificación de los consumos finales, es decir, un
paulatino reemplazo de los combustibles fósiles por energía
eléctrica en los usos finales (electrificación parcial de usos
residenciales como acondicionamiento de aire, cocción,
diversos usos industriales/comerciales y en transporte).
Reactivación y Reseña del
Plan Nuclear Argentino
Por Ing. D. Francisco Carlos Rey
Vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)
Editado por Esteban Rodríguez.
La actual civilización es fuertemente dependiente de la
energía eléctrica por la comodidad que implica su uso.
Electricidad es sinónimo de calidad de vida y la dependencia
que hemos adquirido por este fluido es cada vez
mayor, a tal punto que no podemos imaginar un mundo
sin energía eléctrica, a pesar de que aún existe una gran
parte de la población mundial que no cuenta con ella.
Este hecho provoca que la tasa de crecimiento de la
demanda de energía eléctrica sea superior a la de los otros
combustibles.
En la CNEA desde hace ya varios años se ha venido
observando y estudiando el comportamiento del sistema
eléctrico nacional, y se ha consolidado un grupo de
Prospectiva y Planificación Energética que ha recibido
entrenamiento en el Organismo Internacional de Energía
Atómica (OIEA); entre sus tareas se destacan el estudio de
las características técnicas, económicas y ambientales de
todas las fuentes de generación disponibles en nuestro
país y su competitividad para establecer la expansión óptima
del sistema de generación eléctrica y la participación
de la núcleo electricidad.
Descripción del sistema eléctrico
La Argentina es un país muy extenso. Debido a las grandes
distancias entre las regiones donde se encuentran las
principales centrales hidroeléctricas (Comahue y Noreste) y
las regiones donde se concentra la demanda eléctrica
(Buenos Aires y Rosario), se requiere de un amplio y complejo
sistema de transporte y distribución de energía eléctrica,
con más de 9000 km de líneas de alta tensión (500 kV).
Al superponer las dimensiones del sistema eléctrico
argentino en un mapa de Europa, respetando la escala, se
observa que éste se extiende desde Madrid (Comahue)
hasta Edimburgo (El Bracho, en el NOA) y Copenhague
(Yacyretá). Cuando esté completa la línea de alta tensión
que integrará la Patagonia al Sistema Interconectado
Nacional, se llegará a una extensión que incluiría además
el norte de África.
El sistema tiene una potencia instalada de 24.000 MW.
En el año 2006 se generaron, solamente en el sistema
interconectado (nuevo SADI o MEM más MEMSP),
108.300.000 GWh.
Proyecciones de demanda y nuevas
instalaciones requeridas para satisfacerla
Como mencionamos al comienzo, la República
Argentina ha retomado la senda de crecimiento económico,
lo que implica el aumento de requerimientos energéticos
para satisfacer las necesidades de la industria y del
comercio, y la demanda per capita de los ciudadanos en
pos de una mejor calidad de vida.
Nos referimos especialmente a la demanda de energía
eléctrica, que ha tenido en los últimos años un importante
crecimiento, esperándose que en el futuro este crecimiento
continúe.
Debido a que el crecimiento de la demanda de energía
eléctrica (y también de la economía) superó todas las
expectativas, el Estado Nacional está encarando con
urgencia un plan de corto plazo y elaborando un plan
estratégico de mediano y largo plazo.
En el primer caso, ante ciertas indefiniciones del sector
privado, el Estado Nacional ha lanzado varias obras importantes
de generación eléctrica (de las que hablaremos más
adelante) y una significativa expansión del sistema de
transporte en extra alta tensión a través del Plan Federal
de Expansión, en el que se incluye la integración del sur
de nuestro país al Sistema Interconectado Nacional, obra
que los argentinos nos debíamos desde hace mucho tiempo,
con el objetivo de ser un solo país desde el extremo
sur al extremo norte.
La primera parte de esta obra de interconexión ya está
concluida. El 1 de marzo de 2006 fue inaugurada la interconexión
entre el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM o
SADI) con el Sistema Patagónico (MEMSP) a través de la
línea Choele Choel-Puerto Madryn.
Este plan incluye, además de la línea mencionada, la
línea Comahue-Cuyo, la línea minera (Cuyo-NOA), la
línea NOA-NEA y la tercera línea entre la central hidráulica
de Yacyretá y el Gran Buenos Aires.
Expansión del sistema de generación
Empleando distintos modelos de planificación de la
expansión eléctrica suministrados por el OIEA y utilizando
hipótesis moderadas de crecimiento de la demanda, se ha
llegado a la conclusión de que hay que incorporar al sistema
de generación argentino alrededor de 40.000 MW nuevos
de potencia antes del año 2025.
En el gráfico de página 16 se destaca, en verde, la evolución
esperada de la demanda máxima en la hora pico;
en rojo, la evolución esperada del parque de generación
existente y, en negro, los márgenes de reserva entre los
que debería encontrarse la potencia instalada para satisfacer
sin riesgos la demanda.
Observación: en el parque de generación existente no
están incluidas las obras en marcha.
De esos 40.000 MW, el plan de gestión del Gobierno (de
corto plazo), puesto en marcha por la Secretaría de Energía,
prevé la incorporación de alrededor de 3500 MW de nuevas
fuentes de generación en los próximos tres años, con lo que
se satisfaría el suministro eléctrico de los próximos años.
Esos 3500 MW están compuestos por: la terminación de
la central nuclear de Atucha II (750 MW), la elevación de
la cota de la central hidráulica de Yacyretá (1000 MW),
dos ciclos combinados de 800 MW cada uno, a instalarse
en Campana y en los Timbúes (1600 MW), y pequeñas
obras hidroeléctricas.
Analizándolo desde el punto de vista de la proyección
de la energía demandada y generada hasta el año 2025, se
observa que, aun incluyendo los proyectos anteriormente
mencionados, queda una importante cantidad sin definir.
Esta cantidad, alrededor de 36.500 MW, debería ser
establecida en el plan estratégico de mediano y largo
plazo; nuestra opinión es que de ellos alrededor de 10.000
MW deberían ser de origen nuclear.
¿Por qué 10.000 MW nucleares en la Argentina?
Para responder a esta pregunta y fundamentar esta opinión,
se han analizado los siguientes aspectos:
• Situación del mercado eléctrico mundial.
• Características de otras fuentes energéticas.
• Infraestructura nacional y costos.
• Situación ambiental.
Situación del mercado eléctrico mundial
Si se analiza qué ocurre en el mundo desarrollado con
relación a las distintas fuentes de generación eléctrica,
encontramos que el porcentaje de generación nucleoeléctrica
es muy superior al de nuestro país.
Además, las centrales nucleares que se están construyendo
en Finlandia, Japón, China, India, etc., sumadas a
las que se están proyectando en estos y otros países (entre
los que se puede destacar EE. UU.), indican que estos porcentajes
van a crecer.
Características de otras fuentes energéticas
Si se analizan las particularidades de cada fuente de
generación de energía eléctrica se encuentra que en el
diseño de un sistema de generación se debe considerar:
La disponibilidad de las centrales hidroeléctricas y los
ciclos hidrológicos que afectan a su generación.
Se puede apreciar en el gráfico siguiente la baja disponibilidad
promedio de la generación hidroeléctrica de nuestro
país (entre otras fuentes de generación eléctrica) y los
ciclos hidrológicos que afectan a su generación.
Observaciones: los factores de carga están calculados
como la generación real anual dividida por la generación
teórica (potencia de la máquina por las 8760 horas del
año). Son equivalentes a la disponibilidad.
En el caso de la generación térmica, donde el despacho
de cargas retira de servicio máquinas cuando le sobra energía,
esto no se cumple y la disponibilidad real es superior
al factor de carga indicado en el gráfico.
Para la generación eólica los factores de carga graficados
(equivalentes a su disponibilidad) corresponden al periodo
1996 y 2005.
La disponibilidad de las centrales eólicas es aún más
baja, hecho al cual se suma la imprevisibilidad y variación
en el tiempo del recurso eólico. Por otra parte, presenta un
alto costo de inversión por KWh generado (el más alto de
todas las tecnologías analizadas).
Si bien la generación hidráulica tiene baja disponibilidad
y también alto costo de inversión, presenta como ventaja
la facilidad para seguir la curva de carga diaria, en particular
en las horas de punta. Sin embargo, la disponibilidad
y principalmente los ciclos hidrológicos deben ser
tenidos en cuenta en la planificación pues se requiere un
mayor margen de reserva para compensarlos.
A continuación podemos apreciar cómo se cubre la
demanda de energía eléctrica en nuestro país a lo largo de
un día hábil de verano.
Observaciones: el 27/2 fue un día extremadamente
caluroso, récord histórico hasta esa fecha de demanda
máxima.
En el gráfico de página 19 se observa cómo las centrales
hidráulicas de embalse permiten cubrir el empuntamiento
del sistema (hidro de punta).
Dado que la energía eléctrica no se puede acumular, se
debe generar siguiendo el requerimiento de la demanda
más los márgenes de reserva que requiere el sistema.
Infraestructura nacional y costos
Hay que tener en cuenta la extensión geográfica de
nuestro país y, dependiendo de la opción elegida, se deben
construir nuevas y extensas líneas de transporte de energía
eléctrica o gasoductos que lleven el gas natural a los generadores.
La única fuente de generación que se puede instalar
cerca de la demanda sin problemas de transporte es la
nuclear. Una central nuclear como la central nuclear de
Atucha I consume alrededor de 30 toneladas anuales de
combustible (3 camiones de 10 toneladas).
En la Argentina se han reducido considerablemente las
reservas de combustibles fósiles. Además existen problemas
en el suministro de estos recursos para la generación
eléctrica, especialmente en el caso del gas natural, donde
se satura en invierno la capacidad de transporte y, al tener
prioridad el abastecimiento a los sectores residenciales, las
centrales generadoras que lo utilizan deben sustituirlo por
combustibles líquidos.
La matriz de generación eléctrica tiene una fuerte
dependencia del gas natural y de combustibles líquidos, lo
que ha llevado a la necesidad de importación de estos fluidos.
Por esta razón, debe tenerse en cuenta la imprevisibilidad
del costo internacional y la necesidad de suministro
en el futuro.
En estos últimos años hubo un fuerte crecimiento en
los precios internacionales del gas natural y del petróleo, y
existe una gran incertidumbre respecto de su comportamiento
futuro. Se debe tener en cuenta que el gas natural
aún no ha alcanzado valores equivalentes al petróleo en
unidades térmicas (el valor del gas natural HH en Nueva
York de 7,5 USD/MBTU equivale a un valor de petróleo de
43 USD/BBL)
En el gráfico siguiente y en el de página 21, se aprecia
la variación del precio del gas natural en el mercado de
Nueva York y la variación del precio del barril de petróleo
en el mercado internacional en los últimos años.
Situación ambiental
El tema ambiental es una variable que todavía no tiene
peso económico en las decisiones energéticas pero se estima
que no tardará mucho en hacerlo, principalmente en lo
relacionado con las emisiones de gases con efecto invernadero
provocadas por la quema de los combustibles fósiles.
El Protocolo de Kioto, si bien no es de cumplimiento
obligatorio para nuestro país, puede en el futuro constituir
una barrera paraarancelaria.
Por todo lo anteriormente citado, para un país como el
nuestro, la relación entre las tecnologías de generación
que minimiza los efectos negativos y maximiza los positivos
de cada fuente energética es la que tienda a un equilibrio
en la participación de cada una de ellas. Entendemos
como fuentes energéticas, para el sistema interconectado
principalmente, a la generación con combustibles fósiles,
la generación hidráulica y la generación nuclear.
Por lo tanto esto implica que, para que este equilibrio
se alcance, debe crecer la participación nuclear y un plan
energético de mediano y largo plazo que esté dentro del
contexto del desarrollo sustentable debe incluir indefectiblemente
la construcción de varias nuevas centrales nucleares,
en una magnitud que estimamos alrededor de
10.000 MW que deberían estar funcionando antes del
año 2025.
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